-¿Por qué no iba a dolerme?
-Porque fue tu decisión.
Así empezó la conversación entre mi subconsciente y yo.
-Hice lo que creí mejor.
-Entonces, ¿por qué lloras?
-Simplemente no puedo parar, me pasa cada vez que me pongo a pensar si estuve bien.
Sí, hablo conmigo sobre esto. Porque a veces siento que no puedo hacerlo con nadie más.
-¿Por qué?
-No entenderían.
Realmente creo que no lo harían. ¿Cómo explicarlo?
-Todo el mundo pensó y sintió alguna vez como vos pensas y sentis ahora.
-Tal vez, pero yo no soy todo el mundo. Por eso, a mis ojos, este dolor es especial, y no se compara con nada. Nadie lo entiende.
-¿Como sabes?
-Porque soy yo quien lo vive.
Como verás, no termina con una gran revelación. Aunque no la necesito, las cosas que sé son suficientes para recordar, llorar y sonreír al mismo tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario