El dolor ya no está y si todavía te recuerdo es porque aprendí a quererme. Nunca valoraste lo que tenías enfrente, yo nunca valoré lo que llevaba adentro. Pero no importa porque hoy sonrío con verdaderas ganas de vivir, sonrío con honestidad, simplemente sonrío. Nunca estuve sola, nunca me faltaron esas palabras de consuelo, esos hombros en los cuales llorar. Hice realidad un sueño, logré mi mayor meta. Soy libre. Gracias por mostrarme que valgo y que nadie puede llevarse esa luz que la tormenta opaco, pero que nunca se apagó.
Que lindo es ese momento, cuando te das cuenta que el sol ya salió :)
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